Marcas y lunares

Debajo del ombligo, hacia la izquierda tengo una pequeña manchita un poquito más oscura que el resto de la piel. Recuerdo haberla mirado mucho de pequeña cuando con mi hermano íbamos a dormir en la cama de mis padres. Y es que mi madre tiene ese mismo lunar.
Una marca tan inocente, tan cotidiana, tan incorporada que solo años después me permitió darme cuenta que poseo la misma específica pigmentación porque soy hija de mi madre.
De hecho, también llevo una verruguita que tiene mi padre y, para mayor impresión, la comparto con mi hermana menor.
Pero además de estas manifestaciones físicas, hoy, mirarme el lunar me hace pensar en todos los otros "lunares" heredados de mis padres que tengo. Marcas, expresiones, formas de actuar y de pensar que sin desearlo, sin quererlo y sin saberlo determinan mi comportamiento actual. Todas esas cosas que ellos también, sin pretenderlo, dejaron en mi y que invariablemente me determinan y condicionan.
Pensar que tanto tiempo invierte uno criticando a sus padres, descubríendole los defectos, peléandose con ellos porque exigen que hagamos nuestra cama o que nos recibamos de ingenieros nucleares, o aunque sea de Licenciados en comunicación social, para un día, como si nada, mirar una foto (o hacer la cama) y descubrir esas similudes que inevitablemente cargamos y caragremos el resto de nuestras vidas.
Por suerte existe el psicoanálisis, que nos invita a mirarnos, a objetivarnos, a entenderlos y a no repetir historias.
Sin embargo, hoy me pregunto, si cuando llegue a los 52 años no querre ser como mi mamá.

Hombres, mujeres y papel

Contexto: Domigo, 3 de la mañana, a la salida del cine.

Alicia: En mi casa no hay ni papel higienido y los chicos no hacen nada
Adrián: Mmm... es muy dificl vivir con hombres. Yo te lo digo porque mi hermana vivía conmigo. Nunca nos llevamos tan mal.

Aqui pongo algo lindo para leer que a Adrian le gusta mucho

Carta XVI


Me gusta mucho esta poesia.
Se la regale a Val para su cumpleaños, y aunque nunca me dijo si le había gustado o no,
siento que representa de un modo muy fiel nuestra forma de vivir la amistad.
La autora es Liliana Lukin.

..

mi querida: los hombres nos envidian el penetrante
juego de intimidades sucesivas:
los ensordece el murmullo de palomas que cambiamos
insomnes y ligeras por sobre toda obligación
.
envidian la obscenidad de nuestros juegos
contar y llorar como hijas de la misma madre
(que hubiéramos compartido los baños y las camas)
o como madres a punto de parir (casi desnudas
y hablando de un dolor parecido)
.
los hombres es sabido nos envidian
el impenetrable clima de las risas oblicuas
(como de amiguitas a la siesta en el zaguán)
y esa falta de vergüenza al mostrarnos las llagas
o hacerse vestir o acariciar el alma una por otra

ellos no saben cómo hacer para podernos
distraer de nosotras llamarnos la atención
es su pasión y su calvario: tan fuertes
somos en nuestro pacto el motivo de su deseo

desesperan de nosotras pobrecitos
y amados como el otro de nosotras sospechan:
la insuficiencia de ese modo de amar

ellos quisieran ser una más y nos envidian
lo impenetrable (el resto de adolescente que se deja
tocar sin perder nada) ese poder de ubicuidad
que nos concilia con el infierno en un salón del paraíso

en esta lucha por el amor de cada día
ellos no saben de nuestra necesidad y nos envidian
y aunque les juremos que nos son imprescindibles
sabrán que en esa frase hay una trampa:

ser el otro de nosotras es poca cosa
y ellos siempre querrán ser una más

.

Dialogo Biónico

En mis tiempos de estudiantes (y lo digo como si ello fuera hace aaaaaños) alguna vez me pasaron un mail donde se daban diferentes características de los "aspirantes" a comunicadores. En una de ellas decía: El estudiante de comunicación no lee textos, sino que discute con autores. Entonces pienso en todos esos trabajo que hice siguiendo las teorias de Dallera, de Bourdieu, de Garcia Canclini muy especialmente.
Pero en este momento mi discusión/ diálogo será con alguién (o alguienes) un poco más pedrestres, no solo por la calidad de su producción, sino por él ámbito en que se mueven: el de la música.
Mis interlocutores virtuales son los amigos de "Tan biónica", grupo de múscia rock que conocí a través de mi querida, queridísima amiga Nadia. Ellos tienen una cancioncita, de la que hicieron un video clip y todo, que se llama "Arruinarse".
Y aqui vamos: Este verbo, por supuesto, se encuentra en un contexto (que como todos sabemos, no es lo mismo que el co- texto). Veamos cual es el contexto de arruinarse: "Que lindo arruinarse con vos". Esto es lo que dice la canción en su estribillo. Interpela a alguién, expresando su satisfacción, pero utilizando un verbo que posee connotación peyorativa. Es cierto que la poesía y la literatura están plagadas de estos usos plásticos del lenguaje, pero la elección del verbo nos deja ver ya la tónica de lo que sucede en esa supuesta relación.
Y esto, luego es ratificado en el contexto más amplio de la canción. Aqui, un ejemplo más que gráfico:
. Y cada vez que pienso en vos, quiero volver
. Y el brillo de tus ojos rojos, yo quiero ver
. Detesto no saber si te acordas de mi
. O no te importa nada de lo que me pasa
El narrador está sufriendo. Habla en primera persona e interpela a un segundo. Y en este punto, me surgen dos cosas:
1) "Ojos rojos", otro recurso estilístico ya utilizado en el pop argentino. El caso que recuerdo es el de Andres Calamaro, con el verso "Vendra la muerte y tendra tus ojos, tus ojos rojos", línea tomada casi textualmente de un poema de Cesare Pavese. Me llama la atención esa relación de ojos (uno de los organos a través de los cuales percibimos el mundo) y el rojo (a mi entender, practicamente un sinónimo de sangre) ... será "sangre en los ojos"? Si así lo es, quiere decir que es algo definitivamente lastimado, porque ojos con sangre no es lo sano, de hecho, nadie tiene ojos rojos, y si tus ojos, o los mios estuvieran rojos, lo más probable es que tengamos conjuntivitis, o nos hayan pegado una buena trompada. Otra relación podría ser la del rojo con lo infernal, y la iconografía católica nos remite inmediatamente a lo diabólico y así al sinónimo de maldad: Ojos malos. Y aun asi los quiere ver... Y esto me remite a mi segunda observación:
2) Querido amigo biónico: Detestas no saber si el objeto de tu amor se acuerda de vos o no le importa nada? Bueno, haciendo uso de una dura solidaridad te lo voy a decir: No. El objeto de tu afecto, tu chica, tu ex novia, mujer, o lo que sea, ni piensa en vos. O si lo hace, dice: "Que bueno que me saque ese clavo de encima" o, en el mejor de los casos, está pensando "Ojalá que no sufra".
Si pensara en vos, no tendrías que preguntartelo. Ella te llamaría, o vos sabrías que puedes llamarla y no te comerías semejante angustia que te hace llorar en medio de la calle.
En fin... así está la situación con la música urbana contemporánea: letras sumamente sentidas que demuestran confusión, angustia, pero a la vez negación de la realidad, será por eso que nos sentimos tan identificados.
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Citas y ganas

Mi muuuuuy querido amigo Silvio, me dijo que en la parte del "perfil" del msn, donde dice "cita favorita" la pregunta está dirigida a la elección de una frase, pensamiento o elucubración de alguién y no a la elección de una "salida" como puse yo. Entonces, donde yo puse "Vamos al cine!" debería ir alguna frase célebre como "Nada abriga mejor que el calor de una sonrisa" proverbio de no se qué nacionalidad.
Sin embargo, para hacerlo un poco más culto, yo hubiera puesto: "(...) Se advirtió que el hombre es, desde el punto de vista físico, un animal incompleto, un animal inconcluso, que lo que lo distingue más gráficamente de los no hombres es menos su pura capacidad de aprender (por grande que esta sea) que las particulares clases de cosas (y cuántas cosas) que debe aprender antes de ser capaz de funcionar como hombre (...)" (Geertz, 1972: 53).
De todas formas, para ser consecuente con el gusto personal, debería escoger algo relacionado con la literatura como: "Y de ahí también que el amor sea, sin proponérselo, un acto antisocial, pues cada vez que logra realizarse, quebranta el matrimonio y lo transforma en lo que la sociedad no quiere que sea: la revelación de dos soledades que crean por si mismas un mundo que rompe la mentira social, suprime tiempo y trabajo y se declara autosuficiente. No es extraño así, que la sociedad persiga con el mismo encono al amor y a la poesía, su testimonio, y los arroje a la clandestinidad, a las afueras, al mundo turbio y confuso de lo prohibido, lo ridículo y lo anormal. Y tampoco es extraño que amor y poesía estallen en formas extrañas y puras: un escándalo, un crimen, un poema ..." de Octavio Paz, en El laberinto de la soledad.
Aunque esto, para cita, sería muy larga, y talvez debería elegir algo más corto como: "Hay pocas formas de decir lo indecible" del mismo autor pero en La llama doble, o quizá algo como "No se es feliz con no ser infeliz" de Julio Cortazar en Salvo el crepúsculo, aunque también querría escribir "Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oir tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo" de Borges en El amenazado. Sin embargo, estoy segura que nunca hubiera estado tranquila si no citaba también un fragmento de La tregua, de Benedetti "No la inventé, primero porque creo que Avellaneda es digna de la verdad, y luego, porque yo también soy digno, porque estoy fatigado (y en este caso la fatiga es casi un asco) del disimulo, de ese disimulo que uno se pone como una careta sobre el viejo rostro sensible". Y por supuesto, jamás podría no haber puesto algo de mi libro favorito Arrancame la vida, de Angeles Mastretta "Nadie se muere de amor, ni aunque quiera".
En definitiva, no me hubiera decidido, y de última, estoy segura que alguién, alguna vez, habrá dicho "Vamos al cine!".

Frases hechas... con amor

Si es para tu bien yo te apoyo, al mal tiempo buena cara, el tiempo cura todas las heridas, hay que mirar para delante, siempre que llovió, paró; no llores, de los errores también se aprende, a esas cosas hay que verle el lado positivo, no se merece tus lagrimas, ni los colores sabe!, todos nos equivocamos algunas vez, ahora ya sabes qué errores no tienes que volver a cometer, vos sos una chica linda, buena, inteligente, siempre hay que tratar de estar mejor, todo va a salir bien, no hay que desesperarse, contra eso no se puede hacer nada, si no se dá es porque no es para vos, algo bueno te está esperando, siempre hay que tener tiempo para los amigos, mira que hermoso cielo”.
Y un largo etcétera de frases hechas, comentarios, consuelos, refranes, máximas de cadenas de e-mails que apuntan a hacernos sentir bien. Nuestros amigos, conocidos, familiares, en definitiva, la gente que nos quiere (y porque nos quiere), trata de consolarnos apelando a la más variada colección de recetas de psicología casera. Sin embargo, cuando el dolor arriba, llena, atraviesa, resulta casi imposible pensar en que se puede aprender algo de la situación, o que en algún momento va a dejar de doler. Pero asimismo, cuando conversamos con otro que también sufre, nos sorprendemos dando los mismos consejos inútiles. Y ello es porque, de última, cuando estamos tristes, la esperanza en un futuro mejor resulta apenas un insuficiente intento de consuelo.
Pero me pregunto ¿Acaso queremos un consuelo? Yo no. Lo que quiero es que no me vuelvan a suceder las inevitables desgracias que diariamente asolan la cotidianeidad (quiero creer) de cualquier persona.
Entonces, ¿qué hacer? Porque a pesar del dolor, el sufrimiento, la negatividad y el pesimismo que podemos sentir en algún momento en particular, durante todo un día, una semana, o más talvez, siempre llega un día en el que habrá que hacer frente, cual mitológicos caballeros anglos que se enfrentan a dragones en continua regeneración, (¿Cuál será el femenino de “caballero”?) a la vida que sigue transcurriendo.
Entonces, probablemente este saber que el dolor no se terminará sino que irá mutando, y que nuestras victorias jamás lograrán ser definitivas sino que exigirán una constante revalidación, nos obliga internamente dar lugar a la esperanza optimista.
Y para el caso estas son las palabras claves: Esperanza y Optimismo.

Esperanza que nos remite a la ilusión de saber, de creer, de esperar “algo” para el futuro (o para el presente, en el caso de quienes somos más inmediatistas) y un optimismo que nos asegura que ese “algo” será indefectiblemente positivo, bueno, mejor, sea lo que sea que eso implique para cada individuo.

Y a su vez, ambas cosas (disposiciones mentales, me gustaría llamarlas) conllevan el deseo de cambio.

CAMBIO, TRANSFORMACIÓN, MUTACIÓN, que lo que es/era deje de serlo y dé lugar a “algo” nuevo (que supuestamente, y en manos de nuestra esperanza optimista, deberá ser mejor): una novedad que supere lo que conocemos, lo que sabemos, lo que somos.

En este punto es donde me pregunto por el pasado. Cuando uno se decide por el cambio ¿Qué hace con el pasado?

Hasta Charly dice “Siempre puedes olvidar” pero no se si es eso lo que realmente quiero. Me parece que no. No quiero olvidar, sólo quiero que no vuelva suceder; y es ahí donde no me queda otra opción que creer en que realizando las modificaciones necesarias lo feo –al menos por un tiempo- no va a suceder nuevamente.

Y sin embargo, este esfuerzo extra, tampoco lo garantiza, pero al menos me quedará (internamente) la seguridad de haber hecho lo que consideraba, pensaba, entendía, era lo mejor.

Eso… como vi en una peli hace poco “a veces me ayuda”.
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Referencias:
García, Charly: “Siempre puedes olvidar” en Filosofía barata y zapatos de goma. Argentina, 1990.
“P.S. I love you”, dirigida por Richard LaGravenese, protagonizada por Hilay Swank, Gerard Butler, Lisa Kudrow, Harry Konick Jr. USA, 2007.

Cuando sea grande quiero ser feliz

Contexto: Cena en casa de Celina. Somos varios
Ella relata: Mi sobrina dice que se hizo dark porque no tiene plata para ser flogger.
Y recuerda: Yo solo fui cheta un año, porque andar con tacos altos y maquillada todo el tiempo era demasiado trabajo. Después me hice hippie y borracha.

Las conclusiones quedan en la conciencia de cada uno, pero explicito: la cuestión económica está muy presente. No se trata tanto de una filosofía de vida, como de una diferenciación de tipo socio- económica.
Tengo una hermana de 15 años que quiere ser flogger. Se viste, se peina y hace gestos. Se saca una foto y luego la pone en internet.
Me pregunto que pensara cuando tenga 26 años y recuerde su adolescia de quinceañera flogger.

¿Qué era yo a esa edad? Persona supongo... igual que ahora... o no?

El Liberal saca una nota sobre los floggers en Santiago y me pregunto ¿Donde de juntan los floggers en Santiago? ¿Cual es el equivalente santiagueño a "El Abasto"?
Tika se indigna y dice que son unos pelotudos y que la culpa es de los padres porque no les ponen límites.
Mariana se enoja porque dice que los que salen en la foto no son floggers, son negros. Y se lamenta no haber ido a la fiesta floggers (de milagro que mi madre le daba permiso) porque así también ella hubiera salido en la foto del diario. Entiéndase: la mirada del otro la define, especialmente la de los medios.
Fernando dice que son unos pobres chicos que eligen la virtualidad como forma de vida, y Omar aclara: "Si son una tribu urbana es algo que está muy, muy, muy por verse" (No estamos hablando de los adolescentes negros del Bronx que sufrieron el acoso de la policía blanca y tuvieron que luchar para integrarse en una comunidad que los discriminaba por su condición étnica, además de la social) y se (me) pregunta ¿Qué mierda es una subcultura?
Por mi parte digo: La primera que sacó una nota sobre los movimientos de tipo social en internet fui yo con la nota sobre blogs. Después hice una sobre los metroflogs para el Nº 1 del formato nuevo.
Con respecto a estos chicos propongo: dejémoloslos en paz. Están tratando de conformar sus personalidades. Necesitan disfrazarse o hagarrarse de los pelos para ello, pero... ¿Cuanto tiempo les tomará descubrir las diferencias internas que los alejan? Les doy hasta los 20 años.

Ahora trato de recordar y pienso: las tensiones económicas manifestadas en la vida de los adolescentes siempre sucedieron. Sin emabargo, yo no formaba parte de ningun grupo por una razón muy simple: mi mamá no me dejaba salir tanto y si no estudiaba, menos . Asi que si algo fui, durante la adolescencia, fue a lo sumo, nerd , porque salía poco y era más o menos buena alumna (si no mi mamá me mataba).
Y hoy? ¿Formo parte de algún grupo ahora? Pues si. Formo parte del grupo que hacemos con Nadia o con Adrían cuando vamos al cine, o nos juntamos a ver una peli, formo parte del grupo de bandeños que vivimos juntos, conformo el grupo de mis compañeros del Iuna, con quienes vamos al museo o a comer tacos. También están mis amigos y colegas de Santiago, y Silvio, Vale, Analía (juntos o por separado, en vivo y en directo o por msn). Además formo parte de mi familia (mamá, papá, hermano, hermana y por añadidura, abuelas, tías, primos). Con toda esta gente no tengo que disfrazarme con chupines o colgantes (a lo sumo me disfrazare con jean y zapatillas, forma de vestir heredada de mi adolescencia noventera), ni compartir un determinado gusto musical.
Como conclusión, recuerdo un capítulo de Los Simpson, no se si ese en el que Marge reforma varias veces un trajecito Channel, para integrarse con un grupo de amigas ricas o uno en el que Homero hace algo, pero lo que permanece en mi memoria es cuando, al final del capítulo, Marge le dice a Homero que ellos forman parte de un grupo muy exclusivo: el de la familia Simpson (Marge, Homero, Bart, Lisa y Maguie)
Espero poder formar mi propio grupo VIP algún día.