Mi vida con Mario

Tengo 11 minutos.

Se supone a las 17 llegaran los diseñadores del diario y empezaremos a preparar las páginas.

Sin embargo, desde el domingo estoy pensando en el famoso Mario Benedetti, que se murió, que escribió muchas poesias y a quien yo lei desde mis adolescencia (que por cierto no está tan lejos).

Resulta que mi primer encuentro con él fue cuando tenía como 16 años. Nadia tenía en la casa de su abuela una colección de libros de grandes escritores que publicaba Pagina 12. Me tome prestado uno que aún no le devolví. Era un préstamo a largo plazo se ve. De ahí, la lectura que más me conmovio fue un cuento corto que se llama "la noche de los feos". Capaz que lo que más me impresionaba era imaginarme que algún día podía ser así de fea y estar parada sola en la cola de un cine. Por ese tiempo también, un jovencito q conocí, me regalo un papel donde estaba escrito "Corazón coraza". Recuerdo que siempre me preguntaba como podía él suponer-imaginarse-creer que yo era "buena desde el alma hasta mi", si ni siquiera me conocía. En fin... tampoco me conoció.

En una tarde de Agosto de 2007, Franito se llevaba un libro de Benedetti para leer en los tiempos muertos de un curso de abogados al que iba. Era "Gracias por el fuego" me parece. Ese día me preguntó si había leído "La Tregua" y se indignó ante mi "in-cultura". Más o menos que me obligo a leerla, al prestarme el libro sin que se lo pida (creo). De esa novela, lo que más recuerdo es un texto donde él relata que le contó a Avellaneda toda la verdad sobre su mujer fallecida. Había una frase "Se lo conté porque es digna de la verdad" o algo parecido. Me quedó muy grabada esa idea de "Dignidad". Ser digno de que a uno le digan toda la verdad, y q este hombre mayor, en su enamoramiento, pueda reconocerle esa dignidad a su amada.
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Una noche de noviembre de 2008, en costanera norte, frente al aeropuerto, un mimo me dijo cara a cara los versos de "Tengo una soledad tan concurrida".

Marcos nunca habrá sabido que "Ya mi rostro de vos
Cierra los ojos
Y es una soledad
Tan desolada" eran poco más que la puesta en palabras del sentimiento que me embargaba en aquellas noches porteñas, y en las actuales bandeñas.

El asunto es que este hombrecito, Benedetti, fue un escritor popular. Toda personas más o menos iniciada en la literatura conoce de sus textos, y probablemente su principal riqueza resida en haber codificado en palabras esas sensaciones tan comunes a las personas.